domingo, 4 de mayo de 2008

El placer de la culpa...


Y mira el mar como quien busca en sus olas las respuestas. Percibe la brisa fresca y liberadora en su rostro y desearía sentirse así todo el tiempo, libre y sin preocupaciones… observa a lo lejos las gaviotas que vuelan en parvada y se pregunta cómo es que saben para donde van con tanta seguridad, cómo es que no se cuestionan el camino que eligieron….


Ella ha amanecido con el alma inquieta…desearía no haber tenido esa conversación jamás, no haber conocido la delicia de la ilusión contenida, el sentir esa culpa placentera de pecar con la mente, el desear algo con tanta fuerza que parece que se dice sin palabras…


Hoy no sabe bien que hacer, se cuestiona si no está poniendo demasiado en esa ilusión que al final no sabe, ni sabrá jamás, si es igual de intensa en el otro. Se descubre soñándolo y se enoja con ella misma, por ser cobarde, por aferrarse a lo que ya tiene sólo por sentirse segura. ¿Segura de qué? De no quedarse sola -es mejor tener algo que no tener nada- se dice a ella misma para convencerse.


Su mente navega sin más rumbo que no sea el de desear sentirse entre sus brazos, saber cual será el sabor de sus labios, el olor de su piel en la intimidad, el sentir su cuerpo vibrando de placer…desea sentir la alegría de estar viva con él, pero se sabe perdedora desde el inicio. No puede luchar contra su cobardía….


Y de repente, todo lo ve claro. Se levanta y comienza a sumergirse poco a poco en el agua del mar, desea ser un pez y dejarse llevar por la corriente, fluir simplemente fluir…


Y se pierde en ella misma y se sueña siendo feliz, riendo sin miedo a herir, amando sin miedo a traicionar, y llora porque sabe que no tiene el coraje de pelear por su felicidad, que prefiere soñar. Cada vez las olas son más fuertes, ella sencillamente quiere descansar de ella, de su presente y soñar. Soñar con el mañana, pensar únicamente en el después, cada vez es más difícil soportar esto de vivir, se siente cansada de luchar. De repente todo se detiene, y se deja llevar como ese pez que siempre ha soñado ser. Hoy por fin es feliz…está en paz.

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