lunes, 18 de marzo de 2013

Libre

 Mi libertad es el resultado de una serie de luchas que he librado contra mis propios esquemas, los prejuicios aprendidos de mi crianza y mis miedos. Esta libertad ha sido fruto de adentrarme en las profundidades de mi persona y llegar a reconocerme, valorarme, amarme y respetarme. Mi libertad no es capricho, mi libertad no egoísmo, mi libertad es fruto de reconocerme a mi misma, saberme de que soy capaz y de que no. Aceptarme no ha sido simple y tampoco sin dolor. Yo amo mi libertad de pensamiento, acción y decisión sin caer en el abuso al otro. Y quién me ame deberá amar eso: mi saber ser soberana.
Quién busque dependencia, sometimiento, amor esclavizante, escenas de celos y propiedad, se ha equivocado rotundamente de mujer. Yo no soy una princesa en apuros, soy una princesa feliz en su castillo con las puertas abiertas a quién desee una princesa para compartir la aventura de vivir en equidad, con respeto, con obligaciones de hogar compartidas, en dialogo continuo para crear una vida juntos que nos haga felices a ambos, que sepa que tendrá ternura, compañía, afecto, lealtad y risas, siempre y cuando me permita seguir siendo libre de pensamiento, acción y decisión. Yo no nací para llenar expectativas a nadie sino para ser feliz siendo quien soy, ofreciendo lo que tengo y que si no cae dentro de los esquemas que los demás tienen de lo que una mujer debe ofrecer en pareja no es asunto mío, pues yo procuro ser consciente y consecuente con mi verdadera naturaleza. No vendo un simulacro de mi,yo soy una mujer libre, independiente y feliz, que quiere compartir afecto, amar y recibir amor.