jueves, 15 de mayo de 2008

es solo que se respira...


Se miró al espejo y no dejo de dibujarse una expresión de repulsión es su rostro, le pesaba ver que estaba todo igual, aunque el alma se le podría día con día….
Sentía como todos los días sus demonios cobraban fuerza, hasta llegar un punto en que ya no le alcanzaba el cuerpo para vivir con ellos, a veces a media noche sentía que la piel se le estiraba en la espalda, como que algo deseaba salir de él, por eso cada mañana se veía al espejo esperando ver rastros de la lucha y todo seguía igual…

Sus demonios cada día crecían y crecían, al ver el mundo tan enfermo y envanecido con su propio funcionamiento, solo justificando lo que sucedía y jamás cuestionándolo… se enfermaba al escuchar a la gente vivir tan feliz y tranquila, pensando sólo en que va a comer, en como se verá mañana, si estará perdiendo la lozanía y la figura, si será por fin millonario…. En síntesis el escuchar la mierda de la gente le provocaba nauseas.

A veces se sentía más sólo que de costumbre cuando veía que nadie comprendía la dureza con que trataba y percibía al mundo, el asco que le daba vivir y la repugnancia de saber que había gente que era feliz con ese mundo y esa vida…

Habían días en que todo se veía particularmente negro, le costaba levantarse, bañarse, vestirse, comer, en fin encontrar una motivación para salir de su cama y no dejarse morir por abandono, total –se decía en voz baja- si la diferencia entre morir y vivir es sólo que se respira….

1 comentario:

Santiago Vásquez dijo...

Me encanta el tema de la muerte. Y te digo que el final de este texto me parece genial.