Tres formas hay de silencio:
el primero es de palabras,
el segundo de deseos
y el tercero de pensamientos.
El primero es perfecto,
más perfecto es el segundo
y perfectísimo el tercero.
En el primero, de palabras,
se alcanza la virtud;
en el segundo, de deseos,
se consigue la quietud;
en el tercero, de pensamientos,
el interior recogimiento.
No hablando, no deseando, ni pensando,
se llega al verdadero y perfecto
silencio místico,
en el cual habla Dios con el alma,
se comunica y le enseña en su más
íntimo fondo la más perfecta
soledad y alta sabiduría.
1 comentario:
Hola, muy bonito y acertado tu post!!! te quiero mucho
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