lunes, 27 de abril de 2009

Mi despedida

La lluvia recorre mi cuerpo. Siento como marca mis contornos, mis accidentes y en medio de esta comunión con la naturaleza este maldito dolor…
Dolor de no tenerte, dolor de no ser tuya, el dolor de sentirte en mí pero no tenerte aquí.
Te amo. Probablemente alguna vez sentiste este amor que tengo. La mente se me nubla. Recuerdo tus besos, el sabor de tu piel, el deseo de ser siempre tuya. Como me duele.
Quiero olvidarte, sacarte de mi hoy y enterrarte en mi ayer, quitarme el olor de tu piel, exorcizarme de ti, evitar respirar tu mismo aire, dejar de sufrir por tu traición, por tu ausencia.

Me traicionaste de la peor manera que una persona puede traicionar: mintiendo. Me dijiste que siempre serias mío y yo de ingenua que te creí. Sin embargo, tú no eres de nadie, ni siquiera te perteneces a ti mismo, porque eres solo un intento de persona, una ilusión de ser humano. Te odio, creí amarte pero es rabia, rencor, repulsión…es asco.

Siento la lluvia, me invade el temor ¿y si no logro olvidarte? ¿Y si permaneces para siempre en mi como un tatuaje? Lloro. A veces pienso que es inútil tratar de luchar contra esto y cuando empiezo por fin a soltarte me doy cuenta que me gusta ¿quien soy sin este dolor? Me da miedo quedarme vacía.
Caso perdido. Eso me dijo el psiquiatra. ¡Ingenuo! Dice que pido a gritos ayuda pero no me dejo ayudar, que soy masoquista porque deseo sufrir y ser lastimada, que me falta coraje para tomar las riendas de mi vida. Si supiera que amar es un acto de valor, porque amar sin dolor no es amar, amar sin sentirse perdido, a la deriva y sin control no es nada. El amor es darle rienda a suelta al caos.

Pero hoy por fin he visto todo claro. Hoy he tomado decisiones. Hoy decidí ser libre. Sí, renuncio a tu ida, renuncio a ti y a todo esto que me has dejado, a este dolor, a esta rabia. Sí, te dejo con toda tu porquería. ¿Por qué no me brindaste nunca un poco de felicidad? ¿Qué acaso no la merecía? Honestamente ya no importa, estoy aquí diciendo adiós a todo. ¡Adiós soledad!, ¡adiós abandono!… ¡la lluvia! La había olvidado… es cada vez más lejana…ya no me parece una tormenta, cada vez me parece más un susurro, una llovizna… un susurro…silencio.

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