domingo, 24 de agosto de 2008

HOY hace 98 años...

En un día como hoy, hace 98 años nació mi abuelito. Él y yo tuvimos una relación muy especial. Tuve el honor y el placer de convivir con él hasta mis 20 años. Él se tomó el compromiso de darme esa figura paterna que la guerra me arrebató. Era un hombre singular. Aquí les va un poco de su historia.
Nació en el Puerto del Triunfo, Usulután, un 24 de Agosto de 1910, fue asentado el 31 de agosto, por lo que siempre se celebraba dos veces el cumpleaños de mi abuelo: el real y el legal jajaja. Desde muy joven (un niño) trabajó para ayudar a su familia, por eso sólo hizo hasta 6to. grado de educación formal. Empezó como canillita, vendiendo periódicos. Le apasionaba leer. Siempre contaba que todas las noches leía y su abuela siempre le decia que dejara de hacer eso, que se iba volver loco jajaja. De 10 años se leyó el Quijote de la Mancha y lo marcó. Deseó saber hacer eso: escribir y contar una historia. El niño creció y ya joven de 17 años, trabajó como tipógrafo en el Periódico Patria, de Alberto Masferrer. Contaba que un día, se presentó la situación que el título de la primera plana del periódico no cabia. Ante esta situación, mi abuelo utilizó un sinónimo para cambiar justo la palabra más larga del título y se hizo el tiraje. Cuando salió y Alberto Masferrer lo leyó, se quedó extrañado. Si bien es cierto, que el título decia lo mismo, lo decia con palabras diferentes, asi que deseó conocer a la persona que habia hecho eso. De esa manera mi abuelo se convirtió en discípulo de Alberto Masferrer. Ahí empezó como periodista. En dicho trabajo tuvo la oportunidad de conocer a otro escritor que también iba iniciando, aunque más avanzado que él: Salvador Salazar Arrué, conocido como Salarrué, con quien entablo una relación de amistad y trabajo de muchos años. Poco a poco mi abuelo fue aprendiendo. Escribió cuento, poesía y notas periodísticas. Se dedicó en cuerpo y alma a su vida de escritor ( y por supuesto la vida bohemia que eso encerraba jajaja). Durante el regimen de Maximiliano Hernández Martinez, escribió junto con un grupo de escritores de la época (Serafín Quiteño, Salarrué, entre otros) la revista "Cactus" donde escribían críticas al régimen o como me dijo él "temas espinosos". Esto les trajo como consecuencia que fueran exiliados por corto tiempo del país. El régimen cayó y durante el tiempo del General Osorio, y por la forma de pensar y escribir de mi abuelo, junto con otro grupo de escritores, fue exiliado nuevamante, sólo que esta vez se les becó para que fueran a estudiar a cualquier parte de Europa. Mi abuelo eligió España ( por cierto que aqui estaba recién casado. Se casó con una linda mujer, 19 años menor que él, ( ella 22, el 41) y que hoy es mi amada abuelita). Así, con su joven esposa, se fue 4 años para Madrid y luego a Barcelona. Estudió Historia del Arte y fotografía. Tuvieron su primer hijo ( primero de 4) y regresaron al país. Vino el período de adaptación, con altas y bajas. Para los años 60's, un poco antes, Salarrué fue designado director de Bellas Artes y le solicitó a mi abuelo que diera clases de Historia del Arte. Ahí mi abuelo inició su faseta de docente. Al respecto tengo una anécdota personal. Hace 7 años, fui a Panamá. Allá conocimos un joven cuyo padre era salvadoreño y dueño de un teatro. Nos invitó a conocerlo. Y para mi sorpresa, el padre de este muchacho resultó ser un ex alumno de mi abuelo. Fue una linda sorpresa para mi, pues yo todavía me sentía triste por su ausencia ( tenia casi un año de haber fallecido). En fin.
Cuando Salarrué terminó su período al frente de Bellas Artes, dejó designado a mi abuelo como la persona que podría ocupar la dirección. Así que mi abuelo fue director de Bellas Artes hasta la reforma de Beneke. Luego siguió trabajando como periodista y murió haciéndolo. Cuando recuerdo mi infancia, siempre veo a mi abuelo leyendo. Leía mucho y de todo. Sabía de todo y con una gran profundidad, pero tal vez lo más admirable de él era su humildad. Él nunca se sintió superior a nadie ni mejor. Como todo intelectual que se respete tenia sus manías. No soportaba el ruido mientras leía y escribía. Nadie podía reirse fuerte ni llorar a gritos (solo yo jajaajaja), por tal razón detestaba las telenovelas mexicanas jajajaja. Le gustaba mucho escuchar música clásica, siempre a la hora de la cena comiamos con música clásica. Tenia gustos músicales bien precisos: la música clásica, toda la música clásica española, los tangos y...los Beatles !!. No había cosa que no supiera y si no lo sabía, lo decia pero lo buscaba. Teniamos un cuarto lleno de libros, enciclopedias, diccionarios, novelas, cuentos, de todo. Muchos literatos y artistas plásticos, lo llegaban a ver, y le llevaban sus obras ya sea como regalos o para que les diera su opinión. Siempre escuchaba las noticias mundiales y tenia posiciones políticas firmes. Hacia ejercicio todas las mañanas y lo desesperaban las personas que hablaban sin ton ni son de nada realmente sustancial y la gente que se reía todo el tiempo y por cualquier cosa.
Él me enseñó a apreciar un buen cuadro, a saber reconocer los instrumentos musicales por su sonido, a leer mucho y de todo(me regaló mi primer libro a los 6 años, Corazón de Edmundo de Amicis), a escuchar el tango, la música clásica y los Beatles ;), a valorar el silencio, a apreciar la filosofía, la sociología y la economía. Estaba siempre pendiente de mi, de como me iba en el colegio, de que cosas nuevas habia aprendido. Me ayudó a formarme mis propias convicciones políticas y me enseñó a comer con todos los platos, tenedores y vasos jajajaja ( eso chiquita me ocasionaba conflictos jajaja). Le gustaban las cosas sencillas de vivir. Una buena fruta, o una cerveza fria viendo el futbol, leer el períodico por las mañanas y las caricaturas de los domingos. Ver juntos los picapiedras, salir al parque conmigo, llevarme a la iglesia para ver a las niñas hacer la primera comunión (él era ateo pero le daba ilusión verme vestidita de blanco jajaja), me enseñó a ser compasiva y tener conciencia social. Compartia mucho conmigo. MI abuela siempre me ha dicho que conmigo hizo cosas que ni con sus hijos. Es probable. Yo llegué a su vida justo cuando se jubiló. Me enseñó a vivir las navidades con mucha alegria. Poniamos juntos el arbolito de navidad y me enseñó como probar y cambiar las lucitas del árbol jajaja. En la adolescencia estuvo siempre ojo al cristo con los chicuelos que me rondaban. Era desconfiado con ganas.
Sin embargo, a pesar de este gran compartir que tuvimos, no era que hablaramos todo el tiempo. Disfrutabamos nuestra compañia en silencio. Yo era la que más hablaba y le contaba como me iba, que hacía, que habia visto, etc., y él me escuchaba y me daba su opinión cuando lo ameritaba. Me recuerdo pequeña, caminando con él, agarradita de su mano y en silencio, feliz, contenta. Él sabía que me pasaba con mirarme y he de decir que me consentía ( él es el responsable que tenga una gran locura por comprar zapatos!!! me compraba zapatos cada mes jajajaaja). Ya demasiado me extendí y aún así no he escrito ni la mitad de las cosas que vivimos juntos. Lo amo mucho abuelito y siempre está en mi corazón. Feliz cumpleaños donde quiera que esté.

3 comentarios:

Loida Pineda Andino dijo...

Que lindo este post. Me gusta. Que linda relación tuviste con tu abuelo... sos afortunada.
También te quedó muy bien el cambio en tu blog. Se ve más atractivo.
Te envío un abrazo.

LUIS BORJA dijo...

como se llama tu abuelo?

florquiroz dijo...

Mi abuelo se llamaba Ramón Hernández Quintanilla :)