sábado, 2 de octubre de 2010

A mi hermoso ángel custodio

Hermano mayor espiritual, compañero aventajado por la visión de Dios, tutor, guía, centinela, escudo, discretísimo e invisible maestro en los peligros cotidianos, aliento, aguijón, consejo, confidencia. Muchas gracias Fermín por estar siempre conmigo. Te amo.